Hoy me he maquillado y puesto mis tacones.
Las ganas eran eminentes e inconfundibles: el cuerpo pedía baile.
Y sin ser invitado, el sueño ha irrumpido en el piso, destrozando puertas y jarrones, y amenazándome con dormirme.
Quizás son cosas de los del turno de mañana, o quizás son cosas de la edad y ya me estoy haciendo vieja.
Finalmente, y tras una interminable batalla verbal, la marcha no ha conseguido convencerme, y he gastado barra de labios para nada.
De todas formas, da lo mismo, porque me había puesto pantalones.
Las ganas eran eminentes e inconfundibles: el cuerpo pedía baile.
Y sin ser invitado, el sueño ha irrumpido en el piso, destrozando puertas y jarrones, y amenazándome con dormirme.
Quizás son cosas de los del turno de mañana, o quizás son cosas de la edad y ya me estoy haciendo vieja.
Finalmente, y tras una interminable batalla verbal, la marcha no ha conseguido convencerme, y he gastado barra de labios para nada.
De todas formas, da lo mismo, porque me había puesto pantalones.
2 comentarios:
Si yo hubiera sido mujer... alguna que otra noche me habría quedado con los labios pintados y sin besar ni bailar.
Cosas que pasan.
¿Tienes el blog en Facebook? Me voy a hacer seguidor :)
Besos
Esto que has escrito está genial :-)
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