jueves, 20 de septiembre de 2018

Otra vez en sueños


Me oprimías la tripa, la devorabas por dentro. Como un parásito raro al que debía de extirpar con bisturí. Nadabas dentro cual sapo de cenagal. Un asqueroso bicho metido en el estómago. Vivía con miedo a que pudieras abrirme en carne y pedir que te amamantase. Era más la sensación de compartir espacio y cuerpo contigo, que saber que pudieras existir. Y existías.

Solo necesité un instante, un momento de caos en el que te di por perdida, en el que ya no notaba un bulto sobresaliendo en el ombligo, en el que creía que ya no consumías vísceras, cuando te lloré temblorosa para que volvieras a ser el tedioso bicho que cargaba conmigo.

domingo, 9 de septiembre de 2018

Hallazgo


La soledad tiene eso del aguante. Camino sin rumbo, con pies dolientes y mente confusa. No importa lo cansada que esté, sigo con el trote (o el arrastre) porque me empeño en el encuentro. El lugar que me haga feliz sin importarme el silencio, mirándome las manos, disfrutando de mi hallazgo.