domingo, 21 de septiembre de 2008

No sé porqué pienso en ti

Nunca es suficiente. No me llena, ¿sabes? Sólo te pido un rato más, y después de ese rato te pediré otro. En realidad te pediría todo el tiempo del mundo. Convertiría los segundos en minutos y así podría alargar nuestra estancia.
Y es que en un segundo ya te hecho de menos. Dirás que soy una posesiva maniática, quizás lo sea, pero es ahora que no estás cuando siento que quizás sí me gustaba tu compañía.
Es triste, porque no llegaste a conocerme del todo ¿Quién lo hace en verdad? Por un momento creíste que yo era perfecta, y tiempo después te equivocaste pensando que no era lo suficiente lista. ¿Intelectual de escaparate? No sé lo que pudiste buscar de mí, no sé a qué te referías cuando decías que te gustaba, no sé ni siquiera el significado de tu sonrisa cuando posabas tus ojos sobre los míos y me acariciabas la frente apartándome ese mechón de pelo rizado de la cara.
Quizás esté confundida porque en realidad no sé la esencia de nuestros encuentros. Tan pronto me querías como tan pronto te deshiciste de mí. E intento no darle importancia, no deseo lo más mínimo pensar en ti. De hecho casi no lo hago, pero el “casi” conlleva a que una parte de mi mente, por mínima que sea, lo hace. ¿Qué fue de aquellos momentos en los cuales me hiciste sentir única? Tú creías que yo era una feliz que siempre reía, y en realidad no te dabas cuenta de que mi risa era causada por los nervios. Los nervios por hacer algo mal mientras tú estuvieses presente. Quizás, ahora que lo pienso, mejor así que como antes, pero es que me acabo de acordar de ti y te extraño. No me preguntes porqué, todavía no he sido capaz de aclarárselo a mi consciente. Así es que aquí me tienes, escribiendo sobre ti y sobre los posibles momentos que pudimos tener, aunque todos aquellos desencadenaran el mismo final, tú ya me entiendes.
Te mentiría si dijera que nunca antes me había sentido igual, lo cierto es que mis sentimientos son aleatorios, pero monótonos. Los conozco a todos ellos, se me presentan con tal normalidad que ya a veces les invito a pasar a tomar un café. “Soy Señor confusion” (es que son internacionales) Y yo, que me fío de todo el mundo, le ofrezco mi hospitalidad.
No, nada es suficiente. Me enfado conmigo misma porque busco algo que no sé lo que es. Lo he estado haciendo desde años. Sé que pierdo el tiempo haciendo eso, pero no puedo evitar dejar de buscar.
Fíjate, me sirves como reflexión personal: de ti, he pasado a hablar directamente de mi posible majadería.
Me rindo, esto no ha llegado a ser lo que quise, el texto digo, y llego a desvariar un poco. Quizás si dejo de escribir, dejaré de pensar en todos nuestros momentos que me persiguen en orden cronológico, y con ello, llego al triste fin. No, no fue triste, fue inesperado. ¿Inesperado el fin, o que encontraras a otra para pasar nuestros mismos momentos?
Laura Martínez. (Foto: Alison M Brandy)

4 comentarios:

Miguel A. Pazos Fernández dijo...

Ufff, los desengaños... Bah, mis teorías sobre el amor son más fuertes ;) xDDDD.

Un saludo

javicg dijo...

Yo hay momentos en los que no me gusta recordar ciertas cosas, pero por eso mismo las recuerdo más. Es absurdo, menos mal que el tiempo se va y nueva gente viene :)

AdR dijo...

Las mareas... van y vienen.
A mí me pasa.

Besos

nestor dijo...

Amiguita Lau... qué ha pasado????
llorar por amor no es verguenza...las lágrimas por un desamor son más dulces porque tienen que ver con el amor.

Quien no tuvo un desamor en la vida...una frustración que pereció fatal...Por si te sirve digo: ningún momento es igual a otro y menos con otro/a. además nunca se sabe si es definitivo...

suerte amiga...hasta la proxima.