lunes, 2 de noviembre de 2009

No sois nada (1)


Estoy sobrevolando la Alicante nocturna.

El mundo desde arriba se ve mucho más bonito, más pacífico, más tranquilo de lo que es, además, también os hace aparentar, a vosotros los humanos, ser más inteligentes.

Porque, a pesar de no haberlo creado vosotros, el planeta prácticamente es vuestro y os habéis apoderado de la patente de su creación.

Desde aquí arriba, el mar, que de noche es de un negro que brilla, parece estar recubierto con mantas de oro, plata y cobre y, de está manera, es mucho más brillante y os puedo asegurar su belleza infinita.

No sois nada, eso ya lo he dicho muchas veces, pero me reitero para recordar- en noches como esta- que la discordia y contrariedad del sentir son sólo para los de abajo – yo no me incluyo en el pack porque ya he dicho que estoy literalmente en las nubes-.

Ahora mismo creo tener en mis manos el poder de destruiros, y lo haría, os juro que lo haría, porque os detesto con toda mi alma ahora que desde aquí arriba las cosas se ven diferentes y yo me siento envanecida.

Cuando aterrice, reconvertiré el vosotros en un nosotros y entonces, me haréis reír o llorar por estupideces y banalidades. Mañana me volveréis a devorar porque cruzaré y pasearé por Gran Vía y me engulliréis con vuestra indiferencia y desinterés. Tampoco a mí me importáis demasiado. Mi condición de inepta volverá entonces cuando toque tierra firme con los pies. Me limitaré yo misma de nuevo. No seré en realidad ni la mitad de inteligente que me gustaría ser ni la mitad de espabilada de lo que debería. Me conozco mejor que todos vosotros y he de decir que nunca daré la talla ahí abajo- sí, sí, a pesar de mi metro ochenta de altura-.

A veces estudio que es lo que me puede hacer resaltar del resto, qué cualidad es la que puede evidenciar mi grado diferencial. Pero sólo soy lo que puedo ser, y ahora mismo os aseguro que lo soy todo. Porque os observo, seres, desde aquí, a gran altura. Ahora mismo soy todo y vengo de donde a mí me ha dado la gana. Dentro de nada, el avión aterrizará, y, por desgracia, me uniré a vosotros, ¡oh ,seres pensantes! para que me hagáis pensar en el éxito cuando, sin embargo, lo único que me espera es el fracaso.

No sois nadie.

2 comentarios:

J. Noriega dijo...

Genial.

Me has pillado leyendo El Lobo Estepario, de Hesse, y digo yo. Si todos pensamos lo mismo, ¿por qué no somos capaces de cambiar nada?

Saludos.

Abril dijo...

Pues no, no somos nada y queremos serlo todo. Me ha llegado al alma.

un beso ;)