domingo, 18 de octubre de 2009

Los ojos tienen precio (2)


Sé que los ojos tienen precio. A veces trato de cuidarlos para que su valor aumente, pero siguen tan descuidados como de costumbre. Ahora, observando pasar a la gente por las anchas avenidas de Madrid y contemplando detalles que nada importan. Triviales, banales, sin sustancia.

Degradados por el deseo de querer a ese atractivo joven conmigo.

Degradados por la envidia de las piernas de la chica rubia, alta y apabullante, degradados por la fascinación de lo que no pueden tener, por la ilusión tonta no perdida que más daño hará en un tiempo transcurrido y la misma que quizás me deje ciega.

Degradados por la melancolía de las estrellas que no se observan en este cielo nocturno.

Degradados por pensar que figuran visiones en vez de realidades, por haber despreciado lo que antes no consideraba (y por seguir sin considerarlo mientras cree que esto de aquí es mejor).

Degradados por conocer que desconocen lugares cercanos.

Degradados, envilecidos y rebajados.

Sé que los ojos tienen precio- alto- porque nos permite ver, hablar, sentir, saborear y oír.

Ya ves, el ciego envidia al sordo porque no sólo se escucha por el oído.

1 comentario:

AdR dijo...

Degradados es un adjetivo muy feo para los ojos, eso es lo que tiene pasear por Madrid a veces, o en muchas ocasiones y en solitario. Degrada.

A mí me pasó.

Besitos.