sábado, 7 de junio de 2008

Garabatos

No sabía que aquel culo era un corazón dibujado en su honor. Ni que la mano rota, una margarita desojada por los nefastos efectos del amor.
-¿Qué pintas?- me preguntó cuando se acercó hasta mí.
Rápidamente, escondí la libreta de dibujos y bocetos bajo mi regazo.
-Nada…- dije nerviosa y escéptica.
-Quien nada no se ahoga.
- Y quien se ahoga esconde su dibujo.
Me miró con extrañeza.
-Eso no tiene sentido.- y tras eso espetó:
- En el dibujo he visto un culo… ¿Ahora te dedicas a pintar figuras eróticas?
-No. Son sólo imágenes metafóricas.
-¿Y eso qué es?
- No lo entenderías.
Se acomodó en el banco donde yo estaba sentada. Parecía que se iba a quedar algún tiempo conversando.
-¿Crees que no soy suficiente listo?
Yo negué con la cabeza.
-Creo que no pones suficiente interés.
Ni si quiera me miró.
Allí nos hallábamos ambos, observando el entorno, y, quizás, cavilando sobre él.
-¿Sabías que el arroz está muy caro?- preguntó de repente sin dejar de mirar los alrededores.
Me encogí de hombros.
-Sí…-prosiguió.- y que por esta razón los niños tercermundistas no tendrán para comer.
-Muy triste…
-Sí- y sacó un paquete de tabaco de su bolsillo, del cual extrajo un cigarro. Se lo colocó en la boca, lo encendió y le dio una calada bien grande.
En realidad no sabía porqué comenzó aquel tema.
Su imprevisión era asombrosa. Nunca sabías con qué te sorprendería.
Absorbió otra pequeña porción de su cigarrillo, cargándose a la vez siete segundo más de su vida.
-¿Me quieres?- esta vez si que tuvo valor para mirarme.
Mi desconcierto era tan grande que no le respondí.
Entonces él volvió a mirar hacia el suelo con el cigarrillo en la mano.
-Ya…- y negaba con la cabeza.
Tras varios incómodos minutos de silencio, me volvió a preguntar por el dibujo.
Yo, asentí y le entregué la libreta.
-¡Vaya! Es precioso… ¿Esto qué es? ¡A!, ya sé. Los cabellos desaliñados representa la locura. Los senos grandes, una dificultad para encontrarse con tu esencia verdadera, y… ¡Joder!, ¿Qué son estas manos…?
Le arrebaté molesta mi trabajo y lo volví a guardar entre el amparo de mi brazo y pecho.
Volvió a meterse el cigarrillo en la boca.
- La muchacha deformada está llorando al pie del lago… ¿Es el lago todo lo que ella ha podido llegar a llorar?
Me estremecí, porque parecía más listo de lo habitual.
Laura Martínez.

7 comentarios:

javicg dijo...

Muy fresco todo, me encanta. Volveré para leer más.

Un saludo.

Santiago Paz dijo...

Las personas son más listas de lo que uno cree. Es cosa de hacerles un poco de gimnasia mental.


Beijos.


atte:
Paz

Miguel A. Pazos Fernández dijo...

Esto me ha recordado a una camiseta que tengo con un corazón que pone: "Quien ve culos no ve corazones". xDDDD. El relato genial, como siempre.

Un beso

Laura dijo...

jajajaja quien ve culos no ve corazones...

xD


y esa imagen del che??


¬¬

Juan K Manei dijo...

Has llorado un lago? Eso es bueno.
Malo será cuando, después de unos años, descubras que no podrás llorar siquiera un vaso.
Besos

Cris R dijo...

Hola Lau!! después de tanto tiempo te firmo, porque yo leo..pero rara cez firmo xD.

Tengo que decir que me ha gustado mucho el inicio, cuando hablas de lo metafórico que pueden llegar a ser algunos dibujos...

Saludos!!

Pd: hace falta que te diga que me gusta ?

asun dijo...

Hola, leyendo esto no he tenido más remedio que dejar un comentario, como psicóloga infantil dede un tiempo para aquí he descubierto todo un mundo en los dibujos, y sobretodo en los garabatos, ya que un niño antes de empezar hablar ya se comunica con el garabato volcando todo su interior. Lo mágico es que de un garabato saquen un dibujo y descubran poco a poco todo lo que tienen en su interior. El simple dibujo de una casa o un árbol nos pude indicar mucho de ese niño, y ni te lo puedes imaginar, si tiene o no traumas. El mundo de los dibujos es tan fascinate como desconocido, y tenemos que ver que emcoiones nos despierta el dibujo, pues mediante él decimos lo que no nos atrevemos a decir con la palabra.

Saludos