lunes, 9 de junio de 2008

Crónicas de una condena. [parte una]


-No pude convertirme en princesa porque el muy idiota seguía mirando.- me contaba- Mi colita blanca se estaba helando y pronto llegaría la noche y no podría concluir el malévolo plan que tenía para acabar con mi madrastra.
Yo contemplaba cómo se irritaba cada vez que recordaba la historia y observaba su exaltación momentánea. Me hacía gracia la chica, porque para calmarse ella misma, soltaba de repente un: “¡Dios, es que…!” , y suspiraba.
-Escondida entre los cisnes del lago y camuflada con plumas blancas y pico colorado, nadaba paseando por el moho que se había acumulado en la superficie del agua.- prosiguió tras aquel sulfurado “¡Ufff!”.- Yo sabía que me observaba, y que me había visto convertirme en ave, ¿sabes? Seguramente me habría seguido desde el cobertizo del bosque donde guarda la bruja sus pociones y todos estos cachivaches y artilugios.
Yo prestaba atención a la historia de la muchacha, que esta vez estaba ya con el rostro rojo y enojado; parecía echar humo por las orejas. Aquello afeaba su imagen, la verdad.
-Mire, le cuento la historia desde el principio:- y comenzó a relatar:
- En cuanto crucé el bosque para poder llevar mi plan acabo, fue cuando noté que algo me perseguía, pero sin darle mucha importancia, seguí caminando como si de nada se tratase. Tonta de mí cuando pensé aquello, porque en realidad ahí estaba él, contemplando curioso el frasco que llevaba en la mano, el cual contenía la poción mágica etiquetada entre las pociones de “princesas”; porque, claro, no querrás que me hubiera convertido en una asquerosa cucaracha, ¿no? Eso mejor para la plebe…
>> Bueno, la cuestión es que cuando llegué hasta la orilla del lago, me quité las ropas cautelosamente y…
Cuando dijo aquello, me imaginé su bella figura desnuda y algo esbelta, (aunque no mucho), mientras se deslizaban por su cuerpo aquellos trapos de seda que yo mismo había dibujado en la fantasía. Me estremecí de tan placentera imagen en la mente y me santigüé.
-… Me metí en el lago con el frasquito en la mano sin que tocara el agua. Cuando ésta me cubría hasta el pecho, lo destapé y bebí despacio tres sorbitos de él, como me había dicho la bruja. De repente, noté un súbito calor recorrer mi cuerpo y vi cómo mis piernas humanas se convertían en las patas de un hermoso cisne. Mis manos en alas majestuosas, mi cuello diminuto, en un hermoso cuello blanco, y mis labios en un pico al que no me acabé de acostumbrar, y en el cual debía sostener el frasco de la poción todo el viaje. Ahora podría llegar por fin hasta el otro lado del reino.
Aquello me confundió un poco.
-¿Quieres decir que sólo se puede llegar hasta la otra orilla nadando? ¿No puedes rodear el bosque?
Ella negó con la cabeza.
-¿Acaso crees que sería digno para mí, una princesa de alto rango, cruzar la parte prohibida del bosque? No, no, no y rotundamente no.- creo que por un segundo ella me acusó de denigrante- Me han contado muchas historias de ese bosque, y dicen que quien entra jamás sale de él y que pasa a formar parte de aquellos animalillos atrapados por el espíritu maligno del Gran Nigromante, que éste vaga entre los árboles hasta la eternidad sin piedad alguna para los intrusos…
Yo arqueé una ceja, pues jamás había escuchado tal disparate.
-Bueno, da igual. Prosigue.
Laura Martínez.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

holaaa

me ha encantado de verdad jeje pero tenes que poner segunda parte que tengo que saber que le pasa o sino no voy a poder dormir xD

es broma no te preocupes dormire bien jeje

weno k sigas con tus relatos que prometes mucho

dew bss prechiocha

Carlos Martínez dijo...

¿Cómo puedes ser tan buena escribiendo? En tres palabras IM-PRE-SIONANTE.

 kotto dijo...

me quede intrigado jejejeje...

Van Boto dijo...

Buenas, vaya...la verdad es que tus relatos están bastante interesantes, aver si me paso por aquí y los voy leyendo, un saludo, y suerte con los exámenes¡¡

AdR dijo...

Prosigue, prosigue... ¿cuándo?

Me gustan los cuentos.

Besos

 kotto dijo...

Un beso Lau...
bye

 kotto dijo...

aahh Lau te aclaro es solo una forma de despedirme

bye = chao, adios, chaucito

Laura dijo...

YA, PERO NO ENTIENDO.. JAJAJA YA ME HABÍAS COMENTADO ANTES..
:-S

Raúl dijo...

Como prometo leérmela también, esperaré a (la parte dos) del relato para comentar.
Vale?

Perséfone dijo...

Bonita forma de darle vida propia a un cuento.

Seguiremos atentas al relato de la princesa.

Un abrazo.