-Niño tira pá Linares- me dijo mamá.- y compra algo de patatas.
Tras darme algo de dinero, subí a la bicicleta dispuesto a pedalear hasta el pueblo. El sol irradiaba intenso en el cielo, y pegaba fuertemente justo en mis ojos. Poco a poco, un dolor de cabeza se agudizó en mi cuerpo, si no encontraba sombra rápido, podría darme algún jamacuco.
Por casualidad encontré a un anciano sentado en una roca del desierto camino, junto con su bastón y con un sombrerito de lo más peculiar. Me paré justo en frente de él, y le dije:
-Se lo compro.
Él asintió y se quitó el sombrero para vendérmelo. Momentáneamente, recordé que no tenía más dinero que ese, pero con indiferencia, agarré el sombrero, le entregué los euros, y pensé: “¡Que le den a las patatas!”
Laura Martínez.
Tras darme algo de dinero, subí a la bicicleta dispuesto a pedalear hasta el pueblo. El sol irradiaba intenso en el cielo, y pegaba fuertemente justo en mis ojos. Poco a poco, un dolor de cabeza se agudizó en mi cuerpo, si no encontraba sombra rápido, podría darme algún jamacuco.
Por casualidad encontré a un anciano sentado en una roca del desierto camino, junto con su bastón y con un sombrerito de lo más peculiar. Me paré justo en frente de él, y le dije:
-Se lo compro.
Él asintió y se quitó el sombrero para vendérmelo. Momentáneamente, recordé que no tenía más dinero que ese, pero con indiferencia, agarré el sombrero, le entregué los euros, y pensé: “¡Que le den a las patatas!”
Laura Martínez.
2 comentarios:
Y las patatas?
ya verás mama ;)
Besicos
Me parece que mamá va a cambiar al nene por las patatas en el menú...
Jajajaja
Saludos
Publicar un comentario