martes, 13 de mayo de 2008

¡No huyas, cobarde!

Abrumado por tanta responsabilidad, el animal había huido. Era una fiera incontrolable, de aquello estaba segura; una bestia con propósitos diferentes a los míos. Algo desenfrenado, e incluso impredecible. Yo quería sentar la cabeza, ya sabéis: unos lobeznos que amamantar, un marido que marcara territorio, mañanas junto a él y crear nuestro propio clan... lo básico. Pero me di cuenta que él no era el apropiado, pues siempre había sido un lobo solitario y no le gustaba en absoluto ir en manada como los demás; quizás eso era lo que más me gustaba de él: su rebeldía (junto con su peinado insólito). Ambos nos gustábamos, porque él, a pesar de parecer indiferente a la vida, tenía instinto animal, y a partir de una noche loca juntos, mi barriga comenzó a crecer y los pechos se me agrandaron. Cuando le di la noticia de que iba a ser padre, huyó despavorido. No sé qué piensa él, pero quiero encontrarle, por lo menos hasta que reconozca que son suyos. ¡Con lo difícil que es encontrar recursos ahora para criar ocho lobos solita!
Laura Martínez.

5 comentarios:

AdR dijo...

¡Ocho! Madre mía. Pero bueno, aún así, que sí, que sí, que es un cobarde, eso no es de ser padres, no.

Saludos :)

Belén dijo...

Si es que la vida en los bosques está cada vez peor...

Besicos

Francisco José Peña Rodríguez dijo...

Sigues siendo la mejor... no lo olvides...

Laura dijo...

la loba o yo? :P

muchisimas gracias Francisco.

Belén.. si... los animales tienen pproblemas en su sociedad civil xD

y adr ocho... y porque dos se muerieron al nacer xD.. un padre asqueroso

gracias por leere chicos xD

Tawaki dijo...

Con razón los ves aullando a la luna. Si alguien nos tradujera sus aullidos...

Un beso.