Me lloran los enanos, bajo
las piernas, para que no me vaya.
Me suplican tristes que me quede con ellos.
Pero ya no hay nada que se pueda hacer, ni ganas que me retengan aquí.
No quiero verlos más. Les he devuelto todos
los regalos que me hicieron. Les devolví el pesimismo y el mal humor, envueltos
en el mismo papel desgastado.
Tiran de los pliegues de mi falda para llamar mi atención.
ñañañañañañañañañaña…
Me voy. Me cansé
de mirar el suelo en busca de mi céntimo de la suerte y sólo encontrar enanos
que gritan mi nombre.
¡Suuuuusiiiiii!
Y mientras ellos
hablan de un “hasta luego” yo les dedico el más rotundo de los “adioses”.
1 comentario:
adios pues!! =)
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