Despierta de tu sueño; estoy intentando hablarte y detesto que no me prestes atención. ¿Cómo puede ser posible? Sólo dime que vale la pena seguir insistiendo porque no tengo ganas de perder las horas gritando tu nombre para después obtener una respuesta vacua y sorda.
Una respuesta que nada responde.
Así que no me tomes el pelo. No me tomes por tonta. No me tomes en brazos como la última vez, sé caminar yo solita; mis piernas son largas y firmes y no soportan la discapacidad.
3 comentarios:
Es bueno que no cojees y que no tenga espacio la discapacidad en ella, en ninguno de sus matices. Y pensar la de veces que me pierdo yo en las piernas...
... ajenas, las mías las tengo muy vistas :D
Besitos
eso, ante todo dignidad y saber ir sola!
besicos
:)
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