En las mañanas como esta, cuando el sol acaricia el cemento
de la ciudad, la aclara, la hace brillar, y en las aceras no existen
transeúntes, solo colillas de la noche anterior, y el metro está vacío y las
cámaras aprovechan para retratar las calles solitarias... es en estas mañanas cuando
Londres me sonríe mientras saluda con la mano, y me invade la templanza, respiro hondo y profundo para cargar el pecho de grandeza.
lunes, 4 de diciembre de 2017
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