Septiembre es siempre un mes ajetreado: hay que volver a casa, deshacer
maletas, rehacer armarios, comprar libros, libretas y lápices; encontrarse con
gente, contar aventuras.
Sin embargo, este año, septiembre ha llegado tranquilo y apaciguado, y sus tardes
asoman aburridas y me preguntan con desánimo:
-¿Qué podemos hacer, Laura, qué podemos hacer?
Y yo, que nunca fui una niña con poca imaginación, me agonizo al descubrir que he caído
en una trampa.
-Podemos,podemos...
Pero nunca se me ocurre nada. Y paso mis días de septiembre entre cables de
ordenador y voces de presentadores de telediarios.
-Podemos, podemos…
Ya he probado casi todo: leer cuentos, escribir payasadas, dar paseos, buscar el
amor, conformarme con el sexo, bailar frente al espejo y beber cerveza.
Madrid ha quedado reducida a la nada en este cochambroso mes de septiembre; y tan absurdo
me parece, que, por cambiar de aires, he escogido el turno de tarde en la
universidad para este próximo curso.
-¿Qué podemos hacer, Laura, qué podemos hacer?
Podríamos salir en busca de algo. No sé, de un tesoro, por ejemplo. De alguna moneda
tirada en el suelo para que nos de buena suerte. De un trabajo. Salir en busca
de una cabeza, que últimamente la que tienes en casa no funciona y te atormenta
con jaqueca, porque inventas necesidades; y todo lo quieres ya, como una niña
consentida y mal acostumbrada.
Lloriquea, Laura, lloriquea.
Lloriquea hasta moquear y comprender que en realidad necesitas lo que crees que no
quieres.
Septiembre fue siempre un mes de faldas largas y de peinados nuevos. De despedidas, y de
canciones de Rod Stewart. Por eso, aunque todavía no he llegado a moquear y
comprender del todo, le estoy diciendo adiós a todo aquello que no necesito.
4 comentarios:
Para estar en armonía y que lleguen tiempos perfectos, siempre hace falta una catarsis.
Tenla, sin miedo, sin prisa.
Después ponte tus mejores tacones, y ríete de lo que pasó.
Un beso.
Y además llega el otoño. Ven ,que te mimo.
"...adiós a todo aquello que no necesito"
A ver si es verdad.
Al sur todavía es verano. A las pruebas me remito: camiseta de mangas corta y chanclas de playa.
Y mil tesoros que encontrar. Voy a por mi pata de palo... ¿vienes?
Publicar un comentario