Y cuando tuvo la oportunidad de comer en dúo, de pasear con charla y de jugar a algo que no fuera al ajedrez online, escogió su soledad para poder disfrazar, durante unos minutos al día, aquella falsa sensación de relevancia entre la gente y convertirla en una que le supiese a verdadera. Todo un carnaval diario.
Lástima.
2 comentarios:
Me gustó el texto.
:)
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