sábado, 2 de enero de 2010

Caos


Tu existencia es más caótica que incluso Sao Bento en sus batallas de alboroto; y te aseguro que mareas más que toda la multitud gritando en plena calle mientras se pelean para venderte el utensilio menos insólito que se haya visto.

Eres como la lluvía fría - sí, estoy haciéndo símilies- que cae de repente, y sin avisar, al mediodía mientras nos bañamos en la piscina de agua caliente, naranja, pequeña y ovalada del hotel.

Te has convertido en el anticuerpo dorado y cáilido que nunca quise encontrar, en el punto que sobresale de todo este país.

Y te impregnas en mi cabeza como la fragancia fuerte de un perfume que hace turbar hasta los pensamientos menos osados.

Para que no me sobrevalores: ¡no veas qué culos tienen las brasileñas!

1 comentario:

Juan Carlos dijo...

las brasileñas son muy brasileñas ;) crearás anticuerpos para ese anticuerpo??