sábado, 18 de abril de 2009

Felicidades, Adivino!

Érase una vez, el típico comienzo de una historia de fábula y cuento, con sus respectivos personajes y los sucesos más insólitos jamás contados.

Por un lado, como protagonista teníamos al Adivino, arrebatándoles el puesto principal en la historia a su Señores Príncipe y Princesa; por otro lado teníamos a sus aprendices de Nigromantes y a sus víctimas, quienes sufrían el embrujo de los hechizos que el Adivino preparaba en el caldero.

Érase una vez, el típico comienzo de una historia de fábula y cuento, donde el mundo en el que habitaban era totalmente ficticio y fuera del alcance de los demás.

El reino se llamaba Abcleritia, y no sin más, habían propuesto inventar la forma de vida y las propiedades del lugar.

Para empezar, el Adivino y sus aprendices, decidieron que allí jamás se podría crecer, -una especie de ‘Nunca Jamás’ con Peter Pan y los niños huérfanos- que quedarían siempre con la misma edad, preparando brebajes de todo tipo para aquellos quienes necesitaban ayuda y para todo aquel quien osara encaramarse y hacer un complot contra su presencia.


Érase una vez, una Pablo atrevida, a quien le encantaba los brujos y jugar con ellos; una chica deportista que confiaba plenamente en el Adivino, a pesar de su bordería; una mujer-vampiro que en vez de rugir como tal, siempre le dedicaba una sonrisa; una chica que parecía tímida, pero después le contaba al Adivino sus más atrevidos pensamientos; un perrito que daba saltos alegres en busca de otra persona que no se trataba de nuestro protagonista, pero que sin embargo, contaba con él siempre; y nos falta nombrar a la muchacha supersticiosa quejica que todo lo quería, al momento y para ella, y a pesar de todo, sentía cómo el Adivino intentaba ayudarle con alguna poción mágica en sus asuntos triviales y sin importancia que ella creía importantes.


Érase una vez una historia de fábula y cuento que no tenía sentido alguno si no fuera porque el Adivino cumplía años y la quejica decidiera escribirla. Porque con excusa o no para redactarla, él ya sabía que nosotras no éramos nada si no fuera por su libro de conjuros y aquellas maldiciones que nos echaba por lo bajo, así como aquellas cartas de buena suerte que nos escribía y que muchas de ellas resultaban. Y era por eso que la muchacha quejica era supersticiosa, porque el Adivino lo adivinaba todo, claro está, y porque casi siempre tenía razón.


Érase una vez, éxitos de radio como ‘Una comida civilizada’, ‘El columpio en el medio’ y ‘Oh, pobre Andrea’ y programas de televisión como ‘Sekilau, no me toques la.’

Y millones de tardes enteras paseando y cantando a voces por las calles molestando al vecindario, así como películas de renombre como Scary Zombies y ‘Las pijas y el Posadero’

Pero qué más da los ‘érase una vez’ cuando el ‘una vez’ ya ha pasado y lo que importa es lo que tenemos ahora. El Adivino sigue marcando pautas y nosotros siempre seremos Baloons que flyarán away.

Y yo, una chica que seguirá mandando postales los días que no esté contigo y que te escribirá largos e-mails resaltando lo mejor de sus meses fuera de casa, y que cuando llegue te abrazará porque te habrá echado de menos (a tus conjuros también) y te dirá lo mucho que te extrañaba- te lo creas o no-.


Y porque sabes, al fin de cuentas, que nos morimos por tardes con tus hipótesis para todas las cosas, con tus cotilleos y con tus historias de circo o de peluquerías que se llamarán ‘Voypa’ pachá’ y que nos encasquetarás otra de tus mil y una series otra vez, porque no podemos más que hacerte caso- primero porque tienes muy mal temperamento y nos das miedo, y segundo, porque lo que nos aconsejas suele ser lo mejor,( no siempre, a pesar de que por tu culpa esté cantando canciones de Britney Spears por doquier)


Seki, Eze, Sekielo, Adivino, da igual, porque sea como sea (y tienes que enseñarme a hacerlo) te quedas con toda la gente, porque eres una de las mejores personas que he conocido en este mundo, y porque hoy quiero que sepas lo mucho que me importas y lo cursi que puedo llegar a ser.

No sé que sería sin ti, y tu lo sabes,( te puedo mencionar el ejemplo de voy a.. tomarme el ‘arco iris’ JAJAJA)

Y además, con diferencia, eres el único a quien puedo atormentar con mis asuntos y contárselos una y otra vez sin que me mandes a la mierda y confiando plenamente en que me dirás tu real opinión, sin tabúes.

Porque amigos como tu, pocos en esta vida, aunque suene peor que el típico ‘érase una vez’ pero, ¿Para qué decirlo andándome por las ramas?


Eres el mejor amigo que una puede tener, y todos los demás me pueden envidiar e irse a sus casas viéndonos reír, discutir, llorar, divertirse, aburrirse, o simplemente conversar sobre cualquier chorrada, que nunca, se nos acabará la chispa. Nunca. Ni aunque yo tenga planes en Nueva York, Chicago o en la Conchinchina y nuestros caminos se separen. Eres, y siempre serás, mi amigo del alma. Recuérdalo.

4 comentarios:

Yoyo dijo...

no hay un "erase una vez" mas importante que tener un amigo leal sincero y que está incluso para decirte lo patetica que te queda una camiseta...
cuidalo y muchos besos a los dos...
Yoyo

Galastah dijo...

Cierto. La amistad es muy importante, y a veces resulta tan sencilla y natural que tendemos a darla por sentado y a descuidarla. Me alegra ver que ése no es tu caso: hay pocas cosas más enternecedoras que un homenaje a la verdadera amistad.
Y en cuanto a Ezequiel sí es muy buena persona: se le ve en los ojos, así que como dice Yoyo, cuídalo y que vuestra amistad dure para siempre.

Sombras en el corazón dijo...

Amigos como ese, a cuidarlos se ha dicho. Y no dejar que las distancias sean un impedimento.

Un abrazo

David dijo...

Gapisimaa!
No sabia que tenias este blog.
Me uno a tus seguidores!
Me ire pasando por aqui.
Un besazo,
David.