jueves, 28 de mayo de 2009

Not a perfect day


No es el día perfecto para el amor, ni lo es para el desamor, ni para la estupidez, ni la incoherencia, ni siquiera para la cordura que vigila con descuido aquel rincón de la habitación donde asoma el ovillo de ropa acumulado durante estos últimos días.
No es el día perfecto para llorar, ni reír, ni para cavilar en las innumerables estupideces que se me pasan por la cabeza.

Un día lleno de conversación sobre las necedades del ser humano y sobre cómo queremos cambiar. Más tarde, una noche llena de sueños con vírgenes con los que poder juguetear y con bacanales que te llegan a desorientar incluso los primeros minutos en los que permaneces despierta tumbada en la cama y mirando embelesada el techo que nada tiene que decirte.

Te pasas la mano por la cabeza y te preguntas cuánto tiempo durará esta nueva obsesión- la misma de siempre, al fin y al cabo- y porqué, de repente, te ha vuelto a surgir.
Y piensas, cómo siendo una idiota, te resguardas en los sábados nocturnos, aún frescos, y en sorbos de vodka, esperando que, por arte de magia, surja el Dioniso que siempre has deseado encontrar. Pero lo único que se mueve entre la muchedumbre borracha son tipos que nada saben sobre la sensualidad y la pasión y que regalan un polvo- de estos cutres y baratos- a cualquiera que pasa por su lado. Babean sabiendo que las hay tan excesivamente fáciles como ellos, y después se disponen a correrse, creyendo que son unos atractivos sementales follando con alguien a quien ni siquiera van a recordar a la mañana que les sigue.

Y vuelves a zambullirte entre las sábanas sucias y compruebas que tu pelo huele a humo, pero, además, también huele a alcohol y a colonia de hombre, al igual que tu vestido negro, medias y bragas.

Abres la ventana para que se aireé un poco la habitación, pero no hay nada que hacer con el hedor de lo inmundo, y oliendo el pudoroso ambiente que ha dejado lo que anoche te pareció sutil y hedónico, tu cabeza da vueltas porque sabes que nadie es de los tuyos y que, sin embargo, tú eres como ellos. Un pensamiento tan nauseabundo como todo lo que queda de día, pero, sin más remedio, y pensando que no es el día perfecto para nada en absoluto, vas corriendo al baño a vomitar el resto que ha quedado de la noche.

05/05/09

4 comentarios:

AdR dijo...

Que de tiempo...
Me alegro de comprobar que tu pluma sigue siendo fina.

Besitos

Laura dijo...

Gracias, AdR :-)

David dijo...

Mejor llevar esos días con optimismo. Mañana será otro día!!
=D

Belén dijo...

Todo saldrá bien, ya lo verás...

te he echado de menos

Besicos