domingo, 18 de abril de 2010

¡Bastaaa!


El sitio donde me escondo es un lugar seguro. Aquí tengo lo que más quiero: edificios imperiales que me dan los buenos días cuando me levanto, parques gigantes con muñecos de trapo que se ríen conmigo, palacios de piedra nívea y pulida, arte en cualquier esquina de las calles o estampidas de humanos a quien entrevistar en mis reportajes.
Me refugio entre los sueños que siempre tuve y que ahora se han convertido en rutina.
Y amo mi día a día, porque aquí tengo lo que más quiero: desayunos universitarios, sentimiento de vida propia, emociones enfáticas, llantos de alegría, sensaciones inexplicables y… y a ti.
Te tengo a ti, que no preguntas si vengo o si voy.
Tú, que te lanzaste a esta aventura sin saber que iba a ser tan emocionante.
Tú, que me soportas en mis días más alegres, y en mis días de bajón; cuando estoy cerca de ti y cuando te tengo a veinte mil leguas.
Tú, que no dudaste en confiar en mí como amiga.
Tú, frío y distante, que me muestras que me quieres sin besos, sin caricias, sin abrazos…
Tú, que has estado conmigo cuando te necesitaba y cuando no te necesitaba en absoluto; que has soportado mis caprichos, mis melodramas, mis rabietas, mis historias…
Tú, que todo lo sabes de mí.
Tú, que todo me lo cuentas…
Hoy cumples un año más, y, a pesar de haber dado el discurso más improvisado, aburrido y etílico de mi vida,- sobre ti, claro está,- te dedico hoy el ‘gracias’ que nunca te he dedicado por ser mi compañero, ya no sólo de pasatiempos y de residencia,… sino de vida.
Eres la frase que no sé acabar, el oído que no utilizo, mi ojo que no ve. Eres mi canción preferida, mi banda sonora de diario, mi guionista de la serie…
De sobra sabes que quiero que sigas siendo mi equipaje principal para cargar en todos los viajes que haga en el mundo, para cualquier destino que decida visitar por un tiempo largo o corto…
Quiero que veas cómo renuncio al casamiento de adolescente y cómo, ya adulta, acabo en un altar… por supuesto, quiero que estés ahí para mi tercer divorcio, y para cuando tenga la crisis de los cuarenta y me ponga menopáusica, cuando me convierta en una sesentona que quiere aparentar ser joven pero no puede, o cuando decida ser la madre más vieja del planeta…
Me da igual con qué situación me encuentre, sólo quiero que estés ahí….
Porque, amigo mío,- y siento que tenga que ser una ocasión especial para volvértelo a decir- quiero que me quieras presente en todos y cada uno de los cumpleaños que te quedan por vivir.

No puedes imaginarte cuánto te quiero.


Laura.

1 comentario:

Andrea! Moles Mola! dijo...

Tía! qué bonito! anda que tu amigo deberá estar orgulloso de tí!
joder lauri te echo de menos sabes?
y no sabes cuanto te envidio, he leido eso de que ahora tu sueño es tu rutina...y esa, esa debe ser la sensación más grande del mundo.
me alegro mucho de que todo te vaya bien por allí! pero que sepas que tengo muchísimas ganas de verte
y de que me abraces!
alguna vez te he dicho que cuando me abrazabas me hacías sentir como tu hermana pequeña?
Buah, como me gustaría ahora volver a escuchar tu risa y ver como levantas la ceja, y hacer el capullo las dos...
espero verte pronto...! un besazo enorme!!!!